Quemar
Me alejo de los lugares de siempre, de los textos que narran, a hacia sitios donde aguardan los sentimientos y la espera de que ese alguien, además de mí, lea esto. Alguien debería quemar plaza Irlanda y sus alrededores. Ese alguien debería ser yo. Agarrar un suculento bidón del combustible más volátil posible, regar cada metro mientras dibujo un rio que atraviese esos lugares que me conectan a los recuerdos de un pasado al cual nunca más quiero recordar; que recorre los parques de la facultad de Derecho; Plaza Francia, que cruce hasta la puerta del shopping y doble hacia la izquierda adentrándose en la librería-cafetería y recorriendo las mesas en un circuito intrincado que lo lleve hacia el laberinto de salas de cine del subsuelo. Solo un fósforo y toda la maleza que carcomen esos lugares en mi mente serian erradicados para dar lugar a esos frescos brotes, los cuales plantaré con recuerdos impostadas, artificiales, pensados con meticulosidad, a través de invitaciones a andar p